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COEDUCACIÓN

Educar en igualdad. Concepto y recursos.

 

1. POR QUÉ COEDUCAR EN LA EDUCACIÓN

INTRODUCCIÓN

El objetivo fundamental de la educación es el de proporcionar a niños y niñas, a jóvenes de ambos sexos una formación plena que les permita conformar su propia y esencial identidad, así como construir una concepción de la realidad que integre a la vez el conocimiento y la valoración ética y moral de la misma. La educación permite avanzar, y la escuela debe transmitir una serie de conocimientos, valores y actitudes a todos los sujetos que la constituyen, niños y niñas ha de potenciar las habilidades necesarias para que cada individuo independientemente de su sexo las integre en su personalidad, es decir, se pretende que toda persona tenga la oportunidad de potenciar aquellos valores, actitudes y conocimientos que posibilitan un desarrollo integral de su personalidad, lo que a su vez le permitir‚ una integración responsable y participativa como miembro de la sociedad en la que se vive, sin hacer diferencias por razón de sexo.

Esto supone un gran reto para la comunidad educativa ya que su tradición histórica no ha sido esa.

La escuela ha ido transmitiendo valores culturales y actitudinales diferenciados para niños y niñas.

A los niños se les percibe:                                   A las niñas se les percibe:

• Independientes                                                    • Dependientes

• Seguros                                                               • Inseguras

• Infantiles                                                             • Adultas

• Traviesos                                                             • Responsables, tranquilas

• Creativos                                                             • Detallistas

• Naturales                                                             • Sensibles...

Esta transmisión diferenciada se debe a que el sistema educativo está inmerso en una sociedad que arrastra principios androcéntricos y patriarcales, propios de las antiguas culturas de las que procede, provocando en primer lugar la existencia de funciones o roles sexuales distintos para hombres y mujeres, lo que implica la necesidad de potenciar en cada uno de ellos capacidades, habilidades, etc. acordes con el rol asignado; en segundo lugar, un sexo es el que domina el varón, ya que su papel lo desempeña fundamentalmente en la vida pública, siendo este más valorado socialmente que las tareas pertenecientes al mundo privado, asignadas tradicionalmente a la mujer.

Para perpetuar este tipo de sociedad es necesario transmitir valores, hábitos, etc., de generación en generación, y la escuela es uno de los agentes que tiene esa función, pero no el único como veremos más adelante. De esta forma, los miembros de una sociedad llegan a asumir unos comportamientos, valores, etc., diferenciales según el sexo a que pertenecen.

ESTEREOTIPOS DE RASGOS MASCULINOS

• Estabilidad emocional

• Mecanismos de autocontrol

• Dinamismo

• Agresividad

• Tendencia al dominio

• Afirmación del yo

• Objetividad

• Cualidades y aptitudes intelectuales

• Aspecto afectivo poco definido

• Aptitud para las ciencias

• Racionalidad

• Franqueza

• Valentía

• Eficacia

 

ESTEREOTIPOS DE RASGOS FEMENINOS

• Amor al riesgo

• Inestabilidad emocional

• Falta de control

• Pasividad

• Ternura

• Sumisión

• Dependencia

• Subjetividad

• Poco desarrollo intelectual

• Aspecto afectivo muy marcado

• Intuición

• Irracionalidad

• Frivolidad

• Miedo

• Incoherencia

• Debilidad

Temas Transversales del Currículum

Sin embargo, a pesar del empeño de cualquier sistema social por perpetuarse, este nunca llega a ser totalmente estático sino que va sufriendo lentas modificaciones a lo largo de los años lo que obliga a su readaptación si quiere seguir persistiendo.

Esto es lo que ha ido ocurriendo con respecto al papel y por tanto características de la mujer en el mundo actual y podríamos decir que también del hombre.

Hoy día muchas mujeres no solo se dedican a tareas domésticas y a educar a sus hijas e hijos como era lo tradicional, sino que también forman parte del mundo laboral, obligando esto a modificar los roles típicamente femeninos y masculinos dentro del hogar, o bien a una sobrecarga de funciones en la mujer al verse obligada a realizar doble jornada, en el trabajo y en la casa.

Algunos hombres comienzan a intervenir activamente en la educación de sus hijos e hijas, por lo que desarrollan habilidades que por educación no poseían ya que tradicionalmente se consideraban" cosas de mujeres".

Otro hecho social que no podemos olvidar es el descenso en la oferta de trabajo, que puede ocasionar en determinadas familias que sea la mujer la que trabaje fuera del hogar y el hombre este en paro, obligando a una inversión de roles. También es frecuente que hombres y mujeres vivan solos, siendo necesario que éstos dispongan de la competencia suficiente para desenvolverse de manera independiente tanto dentro como fuera de casa.

Estos paulatinos cambios sociales se han ido reflejando tanto en la legislación española como en diversas medidas comunitarias:

• La Constitución Española establece la obligación que corresponde a los poderes públicas de promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivos superando los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud así como facilitar la participación de todos los ciudadanos y las ciudadanas en la vida pública, económica y social (Art. 14 y 9.2).

RASGOS DE UNA PERSONA CON UN DESARROLLO INTEGRAL

• Estabilidad emocional

• Mecanismos de autocontrol

• Ternura - agresividad

• Docilidad

• Afirmación del yo

• Aptitudes intelectuales

• Objetividad

• Aspecto afectivo definido

• Intuición

• Aptitud para las ciencias

• Franqueza

• Valentía

• Eficacia

• Amor al riesgo

• Racionalidad

La coeducación no ha de ser considerada como una nueva asignatura a añadir a las muchas otras que se imparten en las escuelas, sino que se trata de un modo de trabajar el currículum algo que lo ha de impregnar en su totalidad, ya que fundamentalmente se pretende que alumnos y alumnas

Para que adquieran una serie de valores que les posibilite comprender la participación de hombres y mujeres en la sociedad, aprendiendo así a valorar a toda la humanidad por la calidad personal y no por pertenecer a uno u otro sexo.

Por ello, la coeducación ha sido considerada como una TRANSVERSAL, es decir, que ha de estar presente en cada uno de los elementos curriculares, objetivos, contenidos, espacios, materiales, etc.

A su vez, ha de estar presente desde el inicio del sistema educativo, es decir en la Educación Infantil, ya que como intentaremos poner de manifiesto, el aprendizaje de los estereotipos sexuales comienza a producirse desde muy temprana edad

SEXO/GÉNERO

Hemos mencionado que en nuestra cultura se espera que hombres y mujeres posean comportamientos y capacidades distintas, llegándose a pensar incluso que esto es algo natural, innato, debido a las diferencias biológicas que no sólo física, si no también psicológicamente distinguen al varón de la mujer.

Si esto fuera así, no había explicación para los cambios que socialmente se están produciendo.

Mujeres que desempeñan profesiones tradicionalmente masculinas, como doctoras, abogadas, empresarias, políticas.., con igual competencia que los hombres, y varones que realizan tareas doméstica , cuidan de sus hijos, etc., y esto sin que ambos pierdan la "femineidad" o "masculinidad" propia.

Tampoco justificaría el que existan sociedades matriarcales o que como Mead, M. (1987) pone de manifiesto en sus investigaciones,"las actividades y aptitudes propias de uno y otro sexo difieren de unas culturas a otras así vemos que en Tchamhuli desde un punto de vista formal, los hombres estaban a cargo de sus familias, pero en realidad las mujeres manejaban los bienes, vestían a hombres y niños y hacían negocios sin ornamentarse y de un modo competente. Entre tanto los hombres instalados en las casas ceremoniales a orillas del lago, tallaban, pintaban, intercambiaban chismes... Las mujeres eran activas y cooperantes, mientras que los hombres eran cariñosos, sujetos a las elecciones de las mujeres..."

Se hace necesario por tanto, hacer una distinción entre las características biológicas de varones y mujeres y sus capacidades y comportamientos.

Se emplea el término sexo para hacer referencia a las características anatómicas y fisiológicas propias del varón y de la mujer y género cuando nos referimos a actitudes y capacidades que son asignadas a cada sexo, que son consecuencia del rol que socialmente se ha destinado a cada uno de ellos, llegando a constituir estereotipos culturales respecto a lo que cada sociedad espera tanto de los hombres como de las mujeres.

Es el hecho que tales comportamientos no dependan de la herencia o biología, lo que posibilita que la escuela como agente de cambio y transmisión de la cultura propia de la sociedad en la que está inmersa, tenga un papel importante en la adquisición por parte del alumnado de los roles sexuales.

Antes de plantearnos como puede la escuela ejercer su influencia, es necesario conocer como los individuos adquieren los estereotipos de género propios de cada cultura.

EL APRENDIZAJE DE LOS ESTEREOTIPOS DE GÉNERO

El niño o la niña al nacer, es un ser indiferenciado, sin identidad personal, no distingue su propio yo de aquello que le rodea, será mediante la interacción con el medio como adquiere su propia identidad personal.

El primer medio social que rodea al bebé es su padre y madre, así como el ambiente en que viven, siendo los primeros agentes y de mayor prestigio en la construcción de su identidad. Su influencia comienza a manifestarse desde antes del nacimiento. Al conocer una pareja que ha engendrado un ser, empieza a imaginar cómo será, que valores, actitudes..., tendrá‚. Cuando se confirma el sexo, se comienza a pensar en cómo se va a educar. Vemos que se van creando expectativas del futuro hijo o hija y estas suelen ser muy semejantes al modelo o patrón generalizado en la sociedad como adecuado para la niña o para el niño.

Estas expectativas se ponen de manifiesto en los preparativos que la pareja realiza antes de la llegada del bebé:

Se prepara el espacio donde el niño o la niña adquiere sus primeras experiencias en interacción con el medio en el que va a vivir y con las personas que le rodean: su habitación. Se selecciona cuidadosamente el mobiliario, objetos de decoración, juguetes y ropa.

Si las expectativas son las que hasta ahora imperan en nuestra sociedad, es decir, distintas para el niño que para la niña, serán muy semejantes a las que vamos a describir a continuación:

• La decoración. Para los niños suelen predominar los animales y el color celeste, para las niñas flores, flequillos, volantes, lazos y el color rosa.

• Los juguetes. En la habitación de las niñas habrá‚ más muñecas y juguetes de tipo doméstico, mientras que en la de los niños más coches, materiales educativos, de tipo deportivo y más juguetes representando animales.

Además, a los niños se les proporciona mayor número de juguetes y más variados que a las niñas, por tanto, mayor estimulación para el varón favoreciéndose así su desarrollo y no tanto el de la niña, pues de todas y todos es conocido que cuánto más rico y variado sea un ambiente, mayores oportunidades de desarrollo se ofrecen.

Desde que compramos el primer objeto de decoración estamos asignando el contenido de identidad de género, estableciendo diferencias entre niño y niña, llevándonos a fomentar, estimular y orientar a las niñas a las actividades domésticas y cuidados asistenciales y a los niños hacia actividades profesionales o fuera de casa.

La verdadera asignación de género se adquiere en el proceso de socialización el cuál se inicia desde el nacimiento.

Cuando nace un bebé, una de las primeras preguntas que se hacen es si es niño o niña, poniéndose desde ese momento en funcionamiento una serie de estereotipos sociales ligados al sexo y que van a influir directamente en su interacción con él. (Tal es el caso del padre que al conocer que su bebé es varón pone en la puerta de la habitación de la clínica un póster del Pato Donald vestido como los corredores de Formula I y conduciendo uno de estos automóviles. Nos podemos preguntar, si en vez de un hijo hubiese tenido una hija, ¿el póster elegido por el padre sería el mismo? La respuesta, con toda probabilidad es no.

Así a los bebés se les percibe de diferente manera según su sexo, las niñas son vistas como delicadas y débiles, los varones como robustos, fuertes, grandes. De esta manera es como padres y madres comienzan a relacionarse de forma diferenciada con su hija o hijo, se les valora cosas diferentes, el juego, el lenguaje que se emplea y las expectativas hacia unos y otras son diferentes, dando lugar a una precoz adquisición de los papeles estereotipados de género que van a condicionar la personalidad infantil, desarrollando capacidades, destrezas, habilidades..., distintas para posibilitar la adecuación del hijo o hija a lo que la sociedad espera según su sexo:

Cuando un bebé se inquieta se interpreta como deseo de jugar y se juega con él. En el caso de la niña se interpreta como indicio de que está nerviosa y se le acuna para tranquilizarla.

Esto transmite tanto al bebé niño como niña mensajes diferentes sobre la toma en que han de manipular y controlar su entorno y las experiencias que reciben son muy diferentes. La niña interpreta como no deseada su movilidad, tendiendo por tanto a moverse menos asumiendo así como positiva la pasividad mientras que el niño interpreta que con su movimiento atrae la atención y aprenderá a controlar la situación para conseguir lo que quiere, asumiendo a su vez la actividad como positiva.

Otra forma de interacción con el entorno en estas edades es el llanto. A troves de él, el niño y la niña intentan comunicar como se sienten, si tienen hambre, frío, etc., pero su interpretación por parte de las personas adultas es diferente según el sexo del bebé.

El llanto del niño produce intranquilidad, se acude enseguida y no se le deja llorar porque se piensa que le pasa algo, mientras que a la niña, como se le supone caprichosa, mimosa y llorona por naturaleza, se acude sin prisas. Así las niñas al no recibir respuesta ante sus demandas llegan a llorar menos y como manifiestan Sue Asken y Carol Ross (1991), "seguimos enseñando a los niños a exigir atención y a controlar las situaciones para conseguir lo que quieren y a las niñas se les enseña a ser pasivas y esperar a que ocurran las cosas para reaccionar" Unido a la diferente reacción de las personas adultas según el sexo del bebé tenemos que añadir la tolerancia hacia el llanto del niño o la niña.

El llanto es asociado al mundo emocional y la sensibilidad lo cual es adecuado para la niña, pero pronto dejará de ser deseado para el varón uniéndose a la rápida respuesta cuando él llora, frases como.. . "los niños no lloran", mientras que a la niña, aunque se acuda a ella, se le acunará pero la dejaremos llorar.

Así los niños pronto aprenden que el llanto no es un comportamiento adecuado para ellos, como tampoco la expresión de sus sentimientos y emociones, mientras que las niñas aprenden lo contrario.

El instrumento por excelencia de comunicación es el lenguaje y lo utilizamos para delimitar y transmitir las diferencias existentes en nuestra sociedad por razón de sexo. Tanto el lenguaje oral como gestual se utiliza e interpreta de forma diferente según el sexo del bebé.

A las niñas se les habla con adjetivos como "preciosa", "bonita"..., generalmente se abusa de los diminutivos además acompañados con caricias, sonrisas que refuerzan la conducta femenina.

A los niños se les habla menos que a las niñas y cuando se hace, se utilizan adjetivos que refuerzan la conducta "viril" que se espera de ellos, "gamberrote", "tragoncete". A su vez, el tiempo que las personas dedican al juego infantil es superior con los niños, teniendo como característica dicho juego el ser "más brusco".

En general, a las niñas se les habla más, se les hacen más caricias y se les ofrece menos estímulos, mientras que a los niños se les habla menos y se juega más con ellos, pudiendo estar esta diferenciación justificada en base a los comportamientos que se consideran adecuados para la niña y el niño: la niña es más comunicativa, más apta para el lenguaje y está menos capacitada para el deporte, mientras que el niño es más activo, más apto para el deporte y menos comunicativo.

También ante juegos y comportamientos se actúa de forma diferente con los niños que con las niñas. De los niños se espera que sean atrevidos, traviesos, valientes y agresivos. Aunque no nos parezca bien la agresividad, en el niño es considerada como natural, por ello cuando se pelea, se le regaña, pero se ve como "cosas de niños", sin darle mayor importancia. Si no actúa así y viene a quejarse de que le pegan, tal vez no le digamos "¡pues pega tú también!" o "¡defiéndete!" pero nuestros gestos o miradas le estarían demostrando que desaprobamos su conducta, traduciéndola como cobardía, y ésta no se tolera en el niño.

Cuentos para trabajar la Igualdad.

https://www.expoknews.com/10-cuentos-para-que-los-ninos-aprendan-sobre-equidad-de-genero/

http://www.clubpequeslectores.com/2016/03/cuentos-igualdad-coeducacion.html

http://semecaelacasaencima.com/igualdad-genero-hijos-cuentos/

Actividades para trabajar la Igualdad en casa.

https://www.saposyprincesas.com/ocio-en-casa/juegos-para-ninos/juegos-de-igualdad-infancia/

http://www.aulaviolenciadegeneroenlocal.es/consejosescolares/archivos/Educando_en_igualdad_Guia_para_la_educacion_infantil.pdf